La energía inagotable de la niñez fluye por todo tu Ser. Eres capaz de tener todos los cuentos y juguetes a tu alrededor y jugar con varios a la vez, levantarte y saltar, correr a ver a mamá o pedirme que te lea algo.
Siempre activa, siempre atenta, siempre con ganas de hacer algo, siempre dispuesta a oir una historia, siempre viva.
Cuando nos cuentas algo, tu boca se traba y tartamudeas un poco. Estoy seguro de que tu cerebro despierto quire comunicar de una forma más rápida de la que tu boca soporta.
-"Acelerona". Te digo. No te reprocho que te trabes, me parece que sería contraproducente, no creo tampoco que sea ningún defecto.
Pero a veces te veo esforzarte por pasar de esa primera palabra repetida y entonces te acaricio y te abrazo-"Tranquila"- y la retahila de palabras fluye entonces, una tras otra.
De pequeña te enseñé una frase.
-"¿Cómo vas a ser de mayor".
-"Tranquila".
Sé tú.
"Bienaventurados los mansos, pues heredarán la Tierra"
Te quiere, papá.
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