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jueves, 31 de marzo de 2011

La Primavera.

Querida María, el fin de semana pasado, fuimos al parque pues el tiempo era bueno y te apetecía patinar.
Nos paramos a contemplar los primeros retoños de los árboles y entonces me dijiste:
-"Papá, la primavera es el corazón de las plantas. Ella le manda la vida a las plantas para que vivan igual que nuestro corazón nos da a nosotros la vida"

Tan sencillo, tan verdad.

Nunca caminarás sola.
Te quiere , papá.

domingo, 27 de marzo de 2011

.. como un río de tigres enterrados

Sube a nacer conmigo, hermano.
Dame la mano desde la profunda
zona de tu dolor diseminado.
No volverás del fondo de las rocas.
No volverás del tiempo subterráneo.
No volverá tu voz endurecida.
No volverán tus ojos taladrados.
Mírame desde el fondo de la tierra,
labrador, tejedor, pastor callado:

domador de guanacos tutelares:

albañil del andamio desafinado:
aguador de las lágrimas andinas:
joyero de los dedos machacados:
agricultor temblando en la semilla:
alfarero en tu greda derramado:
traed a la copa de esta nueva vida
vuestros viejos dolores enterrados.
Mostradme vuestra sangre y vuestro surco,
decidme: aquí fui castigado,
porque la joya no brilló o la tierra
no entregó a tiempo la piedra o el grano:
señaladme la piedra en que caísteis
y la madera en que os crucificaron,
encendedme los viejos pedernales,
las viejas lámparas, los látigos pegados
a través de los siglos en las llagas
y las hachas de brillo ensangrentado.
Yo vengo a hablar por vuestra boca muerta.
A través de la tierra juntad todos
los silenciosos labios derramados
y desde el fondo habladme toda esta larga noche
como si yo estuviera con vosotros anclado,
contadme todo, cadena a cadena,
eslabón a eslabón, y paso a paso,
afilad los cuchillos que guardasteis,
ponedlos en mi pecho y en mi mano,
como un río de rayos amarillos,
como un río de tigres enterrados,
y dejadme llorar, horas, días años,
edades ciegas, siglos estelares.

Dadme el silencio, el agua, la esperanza.

Dadme la lucha, el hierro, los volcanes.
Apegadme los cuerpos como imanes.
Acudid a mis venas y a mi boca.
Hablad por mis palabras y mi sangre.
 

jueves, 24 de marzo de 2011

Ten siempre esperanza

Querida María, aunque las cosas te salgan mal, aunque la vida parezca haberte dado la espalda, aunque no tengas a dónde ir ni a quién acudir, cuando parezca que las sombras te rodean y que la luz se ha ido, cuando no sientas el calor, cuando tus fuerzas flaqueen y pienses "no puedo más", cuando todo eso ocurra, queridísima María, piensa en que te amo con todas mis fuerzas.
Querida María, no hay nada más fuerte que el Amor. No desfallezcas, piensa en los que te aman y sigue adelante.

Nunca caminarás sola.
Te quiere, papá.

miércoles, 23 de marzo de 2011

Una lección de María

Hace poco más de 10 minutos, he vuelto de la calle con María, tenía que hacer un recado y ella ha querido venir conmigo.
Cuando esperábamos para cruzar el semáforo, hemos tenido la siguiente conversación.
-Papá, ¿qué es más importante, las personas o los coches?
-Las personas, por supuesto.
- Pues entonces ¿por qué dura más el color verde para los coche que para las personas en el semáforo?. Por que si un coche se rompe, no pasa nada, se arregla, pero si una persona se muere, pierde la vida y la vida es lo más importante de todo.
Lecciones de sensatez con 6 años. Creo que llegarás lejos.


Nunca caminarás sola.
Te quiere, papá.


Con toda mi alma y todo mi corazón.

Sólo quería decirte que te quiero, María.


Nunca caminarás sola.
Te quiere, papá. 

lunes, 21 de marzo de 2011

NO MAS GUERRAS

SI OS ARMAIS PARA LA GUERRA
BUSCAIS GUERRA
TENDREIS GUERRA.
SI QUEREIS VIVIR EN PAZ
DADLE UNA OPORTUNIDAD
A LA PAZ


Nunca caminarás sola. 
Te quiere, papá.

Hay que tener Esperanza..

Querida María, todas las noches, cuando te acuesto, me pides que me quede un rato contigo para contarte un cuento o simplemente para charlar de algo.
Muchas noches también rezamos y pedimos que las cosas de este Mundo loco se arreglen, los seres humanos que nos gobiernan entren en razón y se acaben las locuras que hacemos.
Esta semana , por supuesto, hemos rezado por los japoneses que están sufriendo las consecuencias de un fuerte terremoto, el posterior tsunami y los graves fallos de sus centrales nucleares.
El acto de rezar siempre lo he visto como una puerta abierta a la esperanza, una conversación o más bien un soliloquio entre la persona y un yo interior , con el deseo que sus peticiones sean escuchadas por una conciencia superior, una especie de Espíritu Universal, al que algunos llaman Dios y al que otros llaman Energía Vital.
Es el rezar un acto de desahogo, un acto de pedir que no estemos solos , que alguien o algo nos escuche, nos comprenda . Es el último clavo al que agarrarse pero no con desesperación sino con esperanza.
Recuerdo cuando el el colegio, nos llevaban a la capilla. Tengo en mi mente, la imagen de la virgen María del colegio, la intercesora de todos nosotros, nos decían.
Vuelvo a mi infancia y recuerdo con cuánto fervor le rezaba, pero no con fórmulas aprendidas de oraciones que la mayoría de las veces no lograba entender, sino de tú a tú, con las palabras sencillas de un niño de 6 ó 7 años, con la inocencia que nunca deberíamos perder, con el temor que siente un niño ante algo que se le presenta misterioso, oculto, mágico, con la esperanza segura de que alguien te escucha y de verdad intercederá por ti.
De esa misma manera, hemos rezado estos días por la gente que sufre, de tú a tú , sin fórmulas aprendidas, con palabras sencillas , con sentimientos verdaderos.
Siento a tu lado, querida María, la paz que más necesito, el regreso a los recuerdos más felices de mi existencia, vuelven a mí los sentimientos que creí olvidados, las sensaciones escondidas y que creí perdidas.
Gracias, María, por enseñarme tantas cosas, por desenterrar tantos tesoros, por ser como eres.
Gracias, mi amor.

Nunca caminarás sola.
Te quiere, papá.



domingo, 20 de marzo de 2011

Cena, película y manta

Querida María, ayer por la tarde te propusimos una idea para hacer juntos por la noche. Por la mañana habíamos ido al videoclub para alquilar una película para ti, sabes que los fines de semana puedes escoger una que te guste y así poder verla al menos dos veces.
Pues bien, cuando salimos por la tarde de paseo y reingresábamos a casa, te preguntamos qué te apetecía cenar y nos dijiste que tostada de pan con queso. Nos pareció buena idea y  a nosotros nos apeteció unos sandwiches.
Pero lo mejor fue que se nos ocurrió que podríamos cenar todos juntos en el salón, en vez de en la cocina y así poder ver tu película todos juntos.
La idea te entusiasmó, te hizo feliz como solo una niña sabe serlo, de forma sincera y entusiasta.
Así que allá preparamos mamá y yo la cena, mientras tú ibas preparando la películas y nos esperabas nerviosa en el sofá.
Fue una hora y media de compartirlo todo, de verte emocionada y feliz porque todos veíamos la película que te gustaba, de momentos de risas y de comentarios graciosos. Fue una hora y media que nunca más volverá pero que permanecerá en tus recuerdos y en los nuestros para el resto de la vida.
Hay que aprovechar esos momentos juntos. De aquí a unos años, ya no querrás que hagamos tantas cosas juntos, te dará vergüenza o tendrás otras personas con las que compartir.
Así que , amada María, guardo esos momentos en el arca de los recuerdos felices, en el cajón de las cosas a recordar, en el cofre de los tesoros vividos.
Los guardo celosamente, en mi mente y en este medio, para que , dentro de unos años, los vuelva a rememorar y tú quizás los rescates de un escondido rincón de tu memoria infantil.

Nunca caminarás sola.
Te quiere, papá.


viernes, 18 de marzo de 2011

Lo que de verdad hacemos.

Querida hija, intentaré contarte unas cuantas cosas de esas que pasan por el Mundo, de esas que tanto me entristecen cuando las leo en los periódicos o las veo en las noticias, de esas que no me explico.
Somos habitantes del único planeta que conocemos a nuestro alcance que pueda albergar vida.
Y a pesar de eso, somos unos tontos de cuidado pues tenemos nuestra propia casa hecha un lodazal.
Lo más difícil de explicarte es que los adultos hacemos todo lo contrario a lo que os explicamos a los niños.
Os decimos que hay que compartir y nosotros no lo hacemos
Os decimos que hay que ser buenos y nosotros no lo somos.
Os decimos que hay que recoger las cosas y tenemos el mundo hecho un asco.
Os decimos que hay que querer a los demás y nos odiamos.
Os decimos que hay que amar a la Naturaleza y nosotros la explotamos sin escrúpulos.
Os enseñamos tantas cosas que nosotros no llevamos a la práctica, os decimos tantas cosas que luego no nos aplicamos.
No seas como nosotros los adultos. Sé siempre como eres ahora, con la mirada limpia, con el corazón puro, con los sentimientos a flor de piel, con tu dulzura y tu bondad.

Nunca caminarás sola.
Te quiere , papá.

jueves, 17 de marzo de 2011

Buenas noches

Querida María, ayer al acostarte me pediste que te diera la mano para calentártela.
-"Te quiero mucho, papito"
Me hiciste muy feliz.

Nunca caminarás sola.
Te quiere, papá.

miércoles, 16 de marzo de 2011

Tiempos difíciles

Querida MARÍA escribo esta entrada angustiado por las noticias mundiales.
TE QUIERO HIJA, es el único pensamiento que me alivia en estos momentos tan difíciles.

Nunca caminarás sola.
Te quiere , más que nunca, papá.

lunes, 14 de marzo de 2011

Nosotros somos parte de la Tierra


El Gran Jefe de Washington nos envió un mensaje diciendo que deseaba comprar nuestra Tierra.
El Gran Jefe también nos envió palabras de amistad y de buena voluntad. Es una señal amistosa por su parte, pues sabemos que no necesita nuestra amistad.
Pero vamos a considerar su oferta, porque sabemos que si no se la vendemos, quizás el hombre blanco venga con sus armas y se apodere de nuestra Tierra. ¿ Quién puede comprar o vender el Cielo o el calor de la Tierra ?
No podemos imaginar esto si nosotros n somos dueños del frescor del aire, ni del brillo del agua. ¿Cómo él podrá comprárnosla?. Trataremos de tomar una decisión.
Según lo que el Gran Jefe Seattle diga, el Gran Jefe de Washington puede dejarlo, del mismo modo que nuestro hermano blanco en el transcurso de las estaciones puede dejarlo.
Mis palabras son como las estrellas, nunca se extinguen. Cada pare de esta tierra es sagrada para mi pueblo, cada brillante aguja de un abeto, cada playa de arena, cada niebla en el oscuro bosque, cada claro del bosque, cada insecto que zumba es sagrado, par el pensar y el sentir de mi pueblo. La savia que sube  por los árboles, trae el recuerdo del Piel Roja.
Los muertos de los blancos olvidan la Tierra en que nacieron, cuando desaparecen para vagar por las estrellas. Nuestro muertos nunca olvidan esta maravillosa Tierra, pues es la madre del Piel Roja. Nosotros somos una parte de la Tierra,  y ella es una parte de nosotros. Las olorosas flores son nuestras hermanas, el ciervo, el caballo, la gran águila, son nuestros hermanos. Las  rocosas alturas, las suaves praderas, el cuerpo ardoroso del potro y del hombre, todos pertenecen a la misma familia.
Por eso cuando el Gran Jefe de Washington, nos envió el recado de que quería compra nuestra Tierra, exigía demasiado de nosotros.
El Gran Jefe nos comunicaba que quería darnos un lugar, donde pudiéramos vivir cómodamente. Él sería nuestro padre, y nosotros seríamos sus hijos. Pero, ¿será posible esto alguna vez?. Dios ama a vuestro pueblo, y ha abandonado a sus hijos rojos.
Él ha enviado máquinas para ayudar al hombre blanco en su trabajo y construye para él grandes pueblos. Él hace que vuestra gente cada vez sea más poderos, día tras día. Pronto invadiréis la Tierra, como ríos que se desbordan desde las gargantas montañosas, por una inesperada lluvia.
Mi pueblo es como una corriente desbordada, pero sin retorno. No, nosotros somos de razas diferentes. Nuestros hijos no juegan juntos, y nuestros ancianos no cuentan las mismas historias. Dios os es favorable, y nosotros estamos como huérfanos. Meditaremos sobres vuestra oferta de comprarnos la Tierra. No será fácil, porque esta Tierra es sagrada para nosotros.
Nos sentimos alegres en este bosque. No sé por qué, pero nuestra forma de vivir es diferente a de la vuestra.
El agua cristalina, que brilla en los arroyos y ríos, no es sólo agua, sino la sangre de nuestros antepasados. Si os vendemos nuestra Tierra, habéis de saber que es sagrada, y que vuestro hijos aprendan que es sagrada, y que todos los pasajero reflejos  en las claras aguas son los acontecimientos y tradiciones que refiere mi pueblo.
El murmullo del agua es la voz de mis antepasados. Los ríos son nuestros hermanos, ellos apagan nuestra sed. Los ríos llevan nuestras canoas y alimentan a nuestros hijos.
Si vendiésemos nuestra tierra tenéis que acordaros, y enseñara a vuestros hijos que los ríos son nuestros hermanos y los vuestros, y que tendréis  desde ahora que dar vuestros bienes a los ríos, así como a otros de vuestros hermanos.
El Piel Roja siempre se ha apartado del exigente hombre blanco, igual que la niebla matinal en los montes cede ante el Sol resplandeciente. Pero las cenizas  de nuestros antepasados, sus tumbas, son tierra santa, y por eso estas colinas, estos árboles, esta parte de la Tierra, nos es sagrada.
Sabemos que el hombre blanco no comprende nuestra manera de pensar. Para él una parte de la Tierra es igual a otra, pues él es un extraño que llega de noche y se apodera en la Tierra de lo que necesita.
La Tierra no es su hermana, sino su enemiga, y cuando la ha conquistado, cabalga de nuevo.
Abandona la tumba de sus antepasados y no le importa. Él roba la Tierra de sus hijos, y no le importa nada. Él olvida las tumbas de sus padres, y los derechos de nacimiento de sus hijos. Trata a su madre, la Tierra, y a su hermano, el Cielo, como cosas que se pueden comprar y arrebatar, y que se pueden vender, como ovejas o perlas brillantes.
Hambriento, se tragará la Tierra, y no dejará nada, sólo un desierto.
No sé pero nuestra forma de ser, es diferente de la vuestra.
La vista de vuestras ciudades hace daño a los ojos del Piel Roja. Quizá porque el Piel Roja es un salvaje y no l comprende.
No hay silencio alguno en las ciudades de los blancos, no hay ningún lugar donde se pueda oír crecer las hojas en primavera y el zumbido de los insectos.
Pero quizá es porque yo sólo soy un salvaje, y no entiendo nada.
La charlatanería sólo daña a nuestros oídos ¿Qué es la vida s no  se puede oír el grito solitario del pájaro chotacabras, o el croar de las ranas en el lago al anochecer?
Yo soy un Piel Roja y no entiendo esto.
El indio puede sentir el suave susurro  del viento, que sopla sobra la superficie del lago, y el soplo del viento limpio por la lluvia matinal, o cargado de la fragancia de los pinos.
El aire es de gran valor para el Piel Roja, pues todas las cosas participan del mismo aliento: el animal, el árbol, el hombre, todos participan del mismo aliento. El hombre blanco parece no considerar el aire que respira; a semejanza de un hombre  que está muerto desde hace varios días y está embotado contra su hedor.
Pero si os vendemos nuestra Tierra no olvidéis que tenemos  el aire en gran valor, que el aire comparte su espíritu con la vida entera. El viento dio a nuestros padres el primer aliento, y recibe el último hálito. Y el viento también insuflará a nuestros hijos la vida. Y si os vendiéramos nuestra Tierra, tendríais que cuidarla como un tesoro, como un lugar donde también el hombre blanco sepa que el viento sopla suavemente sobre las flores de la pradera .
Yo soy un salvaje, y es así como entiendo las cosas. He visto mil bisontes putrefactos, abandonados por el hombre blanco. Los mataron desde un convoy que pasaba.
Yo soy un salvaje y no puedo comprender cómo el caballo de hierro que echa humo, es más poderoso que el búfalo, al que sólo matamos para conservar la vida.
¿Qué es el hombre sin animales? Si todos los animales desapareciesen el hombre también moriría, por la gran soledad de espíritu.
Lo que suceda a los animales, luego, también sucede a los hombres. Todas las cosas están estrechamente unidas.
Lo que le acaece a la Tierra también les acaece a los hijos de la Tierra. Tenéis que enseñar a vuestros hijos que el suelo que está bajo sus pies tiene las cenizas de nuestros antepasados.
Para que respeten la Tierra, contadles que la Tierra contiene las almas de nuestros antepasados. Enseñad a vuestros hijos lo que nosotros enseñamos a los nuestros: que la Tierra es nuestra madre.
Lo que le acaece a la Tierra, les acaece también a los hijos de la Tierra. Cuando los hombres escupen a la Tierra, se están escupiendo a sí mismos. Pues nosotros sabemos que la Tierra no pertenece a los hombres, que el hombre pertenece a la Tierra. Eso lo sabemos muy bien. Todo está unido entre sí, como la sangre que une a una misma familia. Todo está unido.
Lo que le acaece a la Tierra también les acaece a los hijos de la Tierra
El hombre no creó el tejido de la vida, sólo es una hilacha. Lo que hagáis a este tejido, os lo hacéis a vosotros mismos. No, el día y la noche no pueden vivir juntos. Nuestros muertos siguen viviendo  en los dulces ríos de la Tierra, y regresan de nuevo con el suave paso de la Primavera, y su alma va con el viento, que sopla rizando la superficie del lago.
Consideraremos la posibilidad de que el hombre blanco nos compre nuestra Tierra.
Pero mi pueblo se pregunta: ¿qué es lo que quiere el hombre blanco?. ¿Cómo se puede comprar el Cielo, o el calor de la Tierra o la velocidad del antílope?.¿Cómo vamos a venderos esas cosas y cómo vais a poder comprarlas?. ¿Es que, acaso, podréis hacer con la Tierra lo que queráis, sólo porque el Piel Roja firme un pedazo de papel y se lo dé la hombre blanco?.
Si nosotros no poseemos el frescor del aire, ni el brillo del agua, ¿cómo vais a poder comprárnoslo? ¿Es que , acaso, podéis comprar los búfalos cuando ya habéis matado al último?
Consideraremos vuestra oferta. Sabemos que si no os la vendemos vendrá el hombre blanco y se apoderará de nuestra Tierra. Pero nosotros somos unos salvajes.
El hombre blanco que va en pos de la posesión del poder, ya se cree que es Dios, al que le pertenece la Tierra. ¿Cómo puede un hombre apoderarse de su madre?.
Consideraremos vuestra oferta de comprar nuestra Tierra. El día y la noche no pueden vivir juntos.

Consideraremos vuestra oferta de que vayamos a una reserva. Queremos vivir aparte y en paz. No importa dónde pasemos el resto de nuestros días.
Nuestros hijos verán a sus padres sumisos y vencidos. Nuestros guerreros estarán avergonzados. Después de la derrota pasarán sus días en la holganza, y envenenarán sus cuerpos con  dulces comidas y fuertes bebidas.
No importa dónde pasemos  el resto de nuestros días. No quedan ya muchos. Sólo algunas horas, un par de inviernos, y no quedará ningún hijo de la gran estirpe que en otros tiempos vivió en esta  Tierra, y que ahora en pequeños grupos viven dispersos por el bosque, para gemir sobre las tumbas de su pueblo, que en otro tiempo fue tan poderoso  y  lleno de esperanza como el vuestro.
Pero , ¿por qué consternarse por la desaparición de un pueblo?. Los pueblos están constituidos por hombres. Es así. Los hombres aparecen y desaparecen como las olas del mar. Ni siquiera el hombre blanco, cuyo Dios camina a su lado, y habla con él, como el amigo al amigo, puede librarse del común destino. Quizás seamos hermanos. Esperamos verlo.
Sólo sabemos una cosa- que quizás un día el hombre blanco también descubra-, y es que nuestro Dios, es el mismo Dios suyo. Vosotros, quizás, penséis que le poseéis- igual que tratáis de poseer nuestra Tierra- pero no podéis. Es el Dios de todos lo hombres, lo mismo de los Pieles Rojas que de los blancos. Aprecia mucho esta Tierra y el que atente contra ella significa que desprecia a su Creador.
También los blancos desaparecerán, y quizás antes que otras estirpes. Continuada contaminando vuestro lecho y una noche moriréis  en vuestra propia  caída. Pero al desaparecer, brillaréis por el fuego del poderoso Dios, que os trajo a esta Tierra, y que os destinó a dominar al Piel Roja en esta Tierra
Este destino es para nosotros un enigma. Cuando todos los búfalos hayan muerto, cuando los caballos salvajes hayan sido domados, y el rincón más secreto del bosque haya sido invadido por el ruido de muchos hombres, y la visión de las colinas esté manchada por alambres parlantes, cuando desaparezca la espesura, y el águila se haya ido, esto significará decir adiós al veloz potro y a la caza.
El final de la vida y el comienzo de la otra vida. Dios os concedió el dominio sobre los animales, los bosques y los Pieles Rojas por  un determinado motivo. Y este motivo es un enigma para nosotros.
Quizás podríamos comprenderlo si supiésemos qué es lo que sueña el hombre blanco, qué ideales les ofrece a los hijos en las largas noches de invierno, y qué visiones arden en su imaginación, hacia las que tienden el día de mañana.
Pero nosotros somos salvajes, los sueños del hombre blanco nos están ocultos, y porque nos están ocultos nosotros vamos a seguir nuestro propio camino. Pues , ante todo, nosotros estimamos el derecho que tiene cada ser humano a vivir tal como desea, aunque sea de modo muy diverso al de sus hermanos. No es mucho lo que nos une.
Consideraremos vuestra oferta. Si aceptamos es sólo para asegurarnos  la reserva que habéis prometido. Quizás allí podamos acabar los días que nos quedan viviendo a vuestra manera.
Cuando el último Piel Roja de esta Tierra desaparezca y su recuerdo sea solamente la sombra de una nube sobre la pradera, todavía estará vivo el espíritu de mis antepasados en estas orillas y estos bosques. Pues ellos amaban la Tierra, como ama el recién nacido el latido del corazón de su madre.
Si os llegamos a vender nuestra Tierra, amadla, como nosotros la hemos amado. Cuidad de ella, como nosotros la cuidamos, y conservad el recuerdo de esta Tierra tal y como nosotros os la entregamos.
Y con todas vuestras fuerzas, vuestro espíritu y vuestro corazón, conservadla para vuestros hijos, y amadla, tal como Dios nos ama a todos. Pues hay algo que sabemos, que Dios es el mismo Dios. Esta Tierra es sagrada para Él. Ni siquiera el hombre blanco se puede librar del destino común.
Quizás somos hermanos.
Esperamos verlo.

Perdonadnos, niños

Querida María, vivimos épocas oscuras, grises, de crisis y problemas mundiales, de dramas grandes y pequeños, de desastres naturales, de crisis energética, de falta de valores, de avaricia desmedida, de reparto desigual, de hambre enquistada en muchas zonas del planeta, de sequías devastadoras, de tribulación y de confusión.
Te pido perdón, amada hija, pues somos los mayores los culpables de ello. Por obra o por omisión, por hacer o por dejar hacer a los que mandan, por creernos los únicos habitantes del planeta y que sus recursos son inagotables , por malgastar lo que la vieja Tierra nos da, por no cuidarla, por vivir como si hubiera otro sitio a donde ir, por no mirar al futuro, por no pensar más que en nosotros mismos, por ser egoístas, por no amarnos los unos a los otros, por no respetarnos , por no ver más allá de nuestros egoístas intereses, por no pensar en los demás, por mirar hacia otro lado cuando vemos injusticias, por olvidar de dónde venimos y no saber a dónde vamos, por malgastar, por no pensar, por olvidar.
Queridos niños del mundo: PERDONADNOS .


Nunca caminarás sola.
Te quiere , papá.

miércoles, 9 de marzo de 2011

¿Se heredan los pensamientos?

Querida María, estos días de carnaval o Antroxu hemos tenido mucho más tiempo para estar juntos, salir de paseo y jugar. En los momentos compartidos me he dado cuenta de cuántas cosas haces de la misma manera que yo las hacía cuando tenía tu edad.
Por poner sólo unos ejemplos, te contaré que también te subes a los sitios  altos con la pierna izquierda ( y somos diestros ), juegas en los bordillos de las aceras o de los jardines como yo hacía, imaginando que a un lado hay lava volcánica y al otro cocodrilos ( jo, es que eso también lo hacía yo, y con las mismas imágenes de peligro) las ideas que tienes sobre los niños pobres y cómo podríamos ayudarlos y por último tu gran temor a quedarte sola, a que nos muramos y no puedas vivir con nosotros.
Ayer noche, cuando te acosté y me eché un poco a tu lado para contarte un cuento, te pusiste a llorar, y me volviste a contar ese miedo a la muerte y a quedarte sola.
Te abracé y te besé intentando calmarte. Y te dejé llorar, pues sentí que lo necesitabas, que si no echabas fuera esa congoja, te podría hacer mucho mal.
Te queremos muchísimo hija, y esperamos compartir contigo el mayor tiempo posible. Sólo te puedo decir que todavía falta mucho tiempo para que eso ocurra y que no debes preocuparte ahora de esas cosas. Pero ese mismo sentimiento lo tenía yo y la muerte repentina de mi padre cuando yo tenía sólo 11 años creo que me marcó para siempre.
Sólo espero que eso a tí no te ocurra y que Dios me permita disfrutar de tí por muchísimos años.
Todo esto  y otras situaciones más, me llevan a pensar que es posible que los pensamientos, o almenos algunas tendencias de pensamiento puedan ser transmitidas de padres a hijos. No sé si de una forma genética o educacional, aunque esto último lo dudo, pues nunca te he hablado de la muerte antes de que tú me lo hicieras a mí.
¿Es posible que trasmitamos a los hijos nuestros pensamientos? ¿Qué canal de comunicación no explorado aún se establece entre un progenitor y su hijo? ¿Hay acaso un nexo invisible entre nosotros, una unión no medible que sirve como vehículo de trasmisión de pensamientos y sentimientos?...

Confuso y contento.
Nunca caminarás sola.
Te quiere, papá.

miércoles, 2 de marzo de 2011

Anécdotas

Querida María, una entrada breve sólo para contarte un par de anécdotas que han ocurrido estos días.
La primera de todas, tiene que ver con las continuas llamadas que me haces, estés en el sitio que estés de la casa, incluso cuando estoy a tu lado.
El otro día me dijiste
-"Papá, ¿sabes por qué te llamo tantas veces y te digo "papá", aunque estés a mi lado?"
-"No"
-" Porque me gusta oír tu voz".
 La siguiente sigue teniendo relación con la muerte, idea que parece tenerte muy preocupada últimamente, aunque te comprendo , pues yo de pequeño tuve esos mismos miedos.
-"Cuando tú te mueras ¿quién me va a dar consejos?.¿Tendré que vivir sola?".
Te abracé y te besé la frente y te prometí que nunca caminarás sola.

Te quiere, papá.