Querida hija, desde que eras muy pequeña, papá te baña casi todos los días. Te acompañan en tu baño diario multitud de juguetes de goma: paquito, el conejin, ojitos, paco, globito, papá pato, mamá pata, el pulpillo...
En fin un baño multitudinario, casi siempre feliz, lleno de juegos, risas y canciones.
Pero también tiene su pequeño mal momento todas las semanas, el día que te lavamos la cabeza.
A diario tienes siempre la misma frase cuando llegamos a casa:
" Hoy no lavamos la cabeza. La cabeza otro día".
Pero papá y mamá no te quieren engañar, y cuando la cabeza necesita su aseo, no te mentimos y te decimos que hoy sí toca.
Ya te metes a la bañera algo temerosa, pensando en que el agua te entra en los ojitos y te pican.
Este viernes, a papá se le ocurrió contarte algo nuevo antes de enjuagarte el pelo.
"María , ¿quieres que te enseñe un truco?"
"Si, papito".
"Cariño, para que no te entre agua en los ojitos, te enseñaré un truco. Miramos hacia arriba, como cuando miramos la luna y apretamos fuerte los ojitos".
"¿Asi?"- preguntaste mientras entrenabas el gesto.
"Muy bien¡".
Y así lo hicimos. No pudimos evitar alguna que otra queja e incluso un amago de lloriqueo, pero te portaste muy bien y todo fue muy rápido.
"No lloré, papá, soy muy valiente. Enséñame otro trucotruco".
Cada día es una aventura, un aprendizaje nuevo, una experiencia que recordar y que espero queden gravadas en algún recóndito sitio de tu cabecita, y que el día de mañana, apliques estos trucostrucos a tus hijos con el mismo amor y cariño que nosotros lo aplicamos.
Por supuesto, al día siguiente, le contaste a todo el mundo el trucotruco de papá y que habías sido muy valiente y que al lavar la cabeza no pasa nada.
Te quiere, papá.
1 comentario:
He accedido ha este blog consultando el foro de velneo.
Y te escribo solo para felicitarte.
Yo tambien tengo dos niños pequeños y es un continuo aprender.
Una vez mas felicidades por un blog hecho con tanto cariño.
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