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martes, 6 de febrero de 2007

Catarro invernal

Querida María, el domingo ya te despertaste algo atascada de la nariz, con mocos y algo de tos. Tu cara no tenía la alegría habitual y según pasaba el día, se hacía cada vez más patente que no te encontrabas bien, que algo te estaba afectando.
Esa noche, nos tuvimos que levantar un par de veces pues tosías y nos llamabas
-"Mamá. Papito".
Por turnos nos fuimos levantando mamá y yo para atenderte. Lloriqueabas, pedías agua y te revolvías incómoda en la cama.
El lunes no fuieste a la guardería. Mamá, que está de vacaciones y a la que has contagiado el catarro, te llevó al pediatra. Dá la casualidad de que ahora es la mamá de una de tus compañeras de clase y juegos, Mar. Te miró bien y te diagnosticó sólo un catarro, con mucha mucosidad pero sin infección. Nada que no se pueda curar con un jarabe y una gran dosis de mimos y juegos caseros.
Hoy has pasado mejor noche. Pero a las 4:30 de la madrugada, media hora antes de que sonara mi despertador, te has despertado tosiendo.
Me he acercado a tu cama y me has pedido agua.
-"No te vayas, papá. Quédate un poquito conmigo".
Me he sentado a tu lado y me has cogido la mano. Al cabo de unos minutos, tu respiración comenzó a acompasarse, con ese ritmo que marca la entrada en el sueño.
He esperado un poquito más, y cerca de las 5 te metí la mano bajo las sábanas y te arropé, despacio, sin hacer ruido.
"Te quiero, papito" me dijiste ya medio dormida.
Hoy el día ha comenzado con mucho sentimiento y amor.
La jornada laboral se hace más llevadera con despertares así.

Te quiere, papá

1 comentario:

Aztecmexico dijo...

Hola Agustín,

Pues casi nada, felicitarte por este excelente sitio, demuestra el gran amor que tienes por tu pequeña hija, me gusta y me conmueve hasta lo más profundo de mi ser ya que, al igual que tú soy padre, dos hermosas criaturas que me hacen la persona más felíz del mundo.

Felicidades y adelante, no dudo que de inmediato copiaré tu idea, ya que es importante guardar un pequeño registro de todos esos momentos que de no atesorarlos de algún modo se perderían en la infinidad del tiempo.

Saludos y abrazos desde México, para ti y para toda tu familia.