Te levantas sola de la cama y apareces en el salón, con el chupete en la boca y el pelo todo revuelto, calléndote por la frente, frotándote los ojos en un intento de espantar los últimos hilos del sueño de la tarde.
Mamá y yo también nos hemos dejado llevar por el sopor y estamos medio dormidos, pero tu voz nos despierta definitivamente y te abrazamos y besamos.
Te sientas con nosotros y nos hablas, nos cuentas, fantaseas y cómo no, nos pides de nuevo un cuento.
Jugamos en el salón o en tu habitación. Nos haces comida, nos das clases y sobre todo recibimos de tí lecciones de inocencia y de amor , como sólo un niño sabe enseñar, con la limpieza de su mirada y la sinceridad de sus palabras.
Un poquito más tarde meriendas y mamá te prepara para ir a jugar al parque.
Te subes al columpio, "que es de todos" y hay que usar un poquito y dejar a los otros niños que se monten, bajamos innumerables veces por el tobogán y siempre, siempre, te llaman más la atención los juguetes de los otros niños que los tuyos propios.
Yo os voy a buscar en cuanto acabo mi trabajo, y así llega unos de los mejores momentos del día para mí, jugar contigo hasta que nos vamos a casa.
Allí te baño junto con los incontables muñecos de goma que te acompañan en la bañera: Paquito, Globito, Ojitos, Conejín, Nemo, El Perrito de las Pompas de Jabón ( "hace pompas, papito")...
Salimos del baño y te envuelvo en la toalla, como un paquete valioso y te pongo el pijama mientras cantamos alguna canción
"El perrito comilón
se escapó del corralón
se fue a la carnicería
cuando no estaba el patrón.
Se comión cuatro salchichas, longaniza y salchichón,
tanto, tanto, que en un rato
la barriga se le inchó.
Cogió tal indigestión
que pasó cuatro semanas
sin fuerzas ni sin ganas
de probar el salchichón.
Comilón, comilón, comilón
que te sirva de lección
perrito sinvergüenzón "
Mamá te da de cenar, aunque a veces te lo doy yo y te llevo a la cama.
"Hasta mañana, cariños".
"Te quero, papá y mamá. A los dos"....
Te quiere, papá.
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