Querida María: el otro día, llegaste a casa contándonos este cuento, que vuestra profesora Montse os contó con la pantalla digital. Aquí lo escribo tal y como me lo acababas de volver a contar, para que cuando seas mayor dibujes una sonrisa recordándolo
Sira y el pájaro negro.
En una aldea vivían miles de personas. Se dice que cuando un bebé nace, su padre le fabrica un sonajero para alejar las enfermedades, pero por la noche hay que guardar muy bien los sonajeros, porque el pájaro negro, el enemigo de la salud de los niños, sobrevuela la aldea para ir en busca de los sonajeros.
Sira había tenido un hermanito. Sira quería que el sonajero de su hermanito fuera pintado de otro color y lo pintó de verde.
Sira estaba haciendo los deberes, entonces, mientras los hacía, le contó una historia a su hermano:
"Había una vez un niño, su sonajero era muy especial porque su hermana lo había pintado de verde. Para celebrarlo, por la noche estaban bailando junto al fuego. Pero cuando volvieron a casa, estaban tan cansados que se les olvidó guardar el sonajero. Y entonces, mientras el hermanito de Sira dormía, se le cayó el sonajero. Y el pájaro negro lo cogió y se fue volando.
Al día siguiente, el hermanito de Sira estaba muy enfermo. Sira se dio cuenta de que el Pájaro Negro le robó el sonajero.
Sira pensó. Siemrpe me han dicho lo peligroso que es ir al nido del Pájaro Negro, pero tengo que hacerlo por mi hermanito.
Sira cogío tres cacahuetes y dos tortitas y se fue.
-No debería de tomar este camino, papá y mamá me dicen lo peligroso que es, pero tengo que hacerlo por mi hermanito.
Sira oyó un ruido
-¿Qué pasa? ¡¡Mosquitos gigantes!!Siempre me han dicho lo peligrosos que son. La maestra dice que cuando tengamos un problema muy gordo, hay que usar la imaginación. ¡Ya sé! , probaré a arrojarles comida, porque con esos dientes seguro que tienen mucha hambre.Creo que es un buen momento para salir corriendo.
Sira se paró a beber en un lago
-¡Oh, gusanos azules!.¿Qué puedo hacer? Son muy peligrosos.
Se sentó en un árbol y el árbol comenzó a hablar.
-¡Hola! ¿Cómo te llamas?- dijo Sira asombrada.
-¿Qué te trae por aquí, pequeña? Este no es lugar para una niña.
-Tengo que ir al nido del Pájaro Negro para recuperar el sonajero de mi hermanito.
-Entre todos te podemos ayudar a cruzar el lago.
Y los árboles empezaron a dejar caer las ramas viejas para hacer una balsa para Sira.
Sira les dijo-Gracias , amigos. No olvidaré lo que hicisteis por mí.
Sira llegó al nido y dijo." Ahora que el Pájaro Negro no está, cogeré el sonajero de mi hermanito. Ahí está, es el de color verde."
En el nido había muchos más sonajeros de otros niños, y Sira los cogió todos para que los niños no se pusieran enfermos.
Mientras tanto, en la aldea, sus padres decían:
-¡Sira, Sira! ¿Dónde estás?
-Estoy aquí- les contestó
-Te hemos echado de menos. ¡Los sonajeros, Sira!
-Si, todos los había robado el pájaro negro y los he traído.
Todos se pusieron muy contentos porque así los niños no se pondrían más enfermos.
Y todos vivieron felices.
Por cierto, hoy has llegado un poco triste porque Montse está malita y no ha podido venir al cole a daros clase
-"La echo de menos" has dicho con cara triste.
Nunca caminarás sola.
Te quiere, papá.
Actualización:
Buscando en Internet, me he encontrado este cuento, en su versión original.
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