Querida María, desde hace tiempo tenemos una ilusión más que compartimos y es la de poder tener algún día una casita de campo con un huerto propio al que trasladar nuestras experiencias con la versión casera del mismo que tenemos en casa .
Hemos planeado muchas veces qué vamos a plantar, los animalitos que vamos a tener ( por supuesto, lo primero los 5 galgos españoles que vamos a adoptar, después gallinas, gatos, un burrín..... y un largo etcétera de ellos ), la casita de madera que vamos a construir al lado de la casa para que puedas llevar a tus amigas, el mono de trabajo color rosa ( ¡por supuesto, faltaría más! ), los aperos de labranza a tu tamaño.....
Pero el otro día le diste un giro inesperado para mí, expontáneo y por lo tanto sincero como sólo una niña de 6 años lo puede ser en este mundo loco en el que la mayoría de las personas adultas miran sólo por su propio beneficio.
Íbamos los dos a la tienda, a hacer la compra. Hay una señora que pide a la puerta del supermercado y a la que damos siempre algo de dinero , una sonrisa y un deseo-"¡Suerte, señora!"- cada vez que pasamos a su lado. Le echamos unas monedas al cesto y siempre pienso que ojalá pudiéramos darle mucho más.
Ya la habíamos dejado atrás y traspasábamos la puerta del establecimiento cuando dijiste:
-"Papá, he pensado que cuando tengamos la finca, en vez de hacerme una casa para que vengan mis amigas, podríamos hacer una para que esa señora y sus hijitos vivieran en ella y así dejarían de ser pobres y podrían vivir en un sitio caliente y tener comida todos los días, y así ella no tendría que pasar frío ahí sentada en el suelo porque ya no necesitaría pedir porque nosotros le daríamos comida y ropa y una casa.
-"Tienes razón. Pero si podemos hacerte a ti la casita para tus amigas, también estaría bien, ¿no te parece?"
-"Si, pero primero una casa para los pobres y así les ayudamos a todos los que podamos."
Te besé la frente. Bendita seas, hija . Me sentí el padre más afortunado de todo el Mundo.
Nunca caminarás solo.
TE QUIERE MAS QUE NUNCA, PAPÁ.
Hemos planeado muchas veces qué vamos a plantar, los animalitos que vamos a tener ( por supuesto, lo primero los 5 galgos españoles que vamos a adoptar, después gallinas, gatos, un burrín..... y un largo etcétera de ellos ), la casita de madera que vamos a construir al lado de la casa para que puedas llevar a tus amigas, el mono de trabajo color rosa ( ¡por supuesto, faltaría más! ), los aperos de labranza a tu tamaño.....
Pero el otro día le diste un giro inesperado para mí, expontáneo y por lo tanto sincero como sólo una niña de 6 años lo puede ser en este mundo loco en el que la mayoría de las personas adultas miran sólo por su propio beneficio.
Íbamos los dos a la tienda, a hacer la compra. Hay una señora que pide a la puerta del supermercado y a la que damos siempre algo de dinero , una sonrisa y un deseo-"¡Suerte, señora!"- cada vez que pasamos a su lado. Le echamos unas monedas al cesto y siempre pienso que ojalá pudiéramos darle mucho más.
Ya la habíamos dejado atrás y traspasábamos la puerta del establecimiento cuando dijiste:
-"Papá, he pensado que cuando tengamos la finca, en vez de hacerme una casa para que vengan mis amigas, podríamos hacer una para que esa señora y sus hijitos vivieran en ella y así dejarían de ser pobres y podrían vivir en un sitio caliente y tener comida todos los días, y así ella no tendría que pasar frío ahí sentada en el suelo porque ya no necesitaría pedir porque nosotros le daríamos comida y ropa y una casa.
-"Tienes razón. Pero si podemos hacerte a ti la casita para tus amigas, también estaría bien, ¿no te parece?"
-"Si, pero primero una casa para los pobres y así les ayudamos a todos los que podamos."
Te besé la frente. Bendita seas, hija . Me sentí el padre más afortunado de todo el Mundo.
Nunca caminarás solo.
TE QUIERE MAS QUE NUNCA, PAPÁ.
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