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lunes, 15 de marzo de 2010

Conversaciones imaginarias.

Querida María. Hoy no voy  a contarte una experiencia tuya ni dejaré constancia escrita de alguna vivencia común.
Hoy te voy a contar una conversación imaginaria. La mente del ser humano es compleja, sutil, misteriosa. Y ¿la imaginación? crea cosas en nuestra mente que no tienen explicación.
Siempre he sido soñador, aunque con los pies en la tierra, y espero seguir siéndolo durante toda mi vida. Es muy bonito soñar despierto, con cosas agradables y positivas. Te hace sentirte bien y que imagines cada vez mejores cosas, como en un circuito retroalimentado.
Pues bien, el otro día, no recuerdo muy bien la fecha concreta, pero no más de quince días atrás, iba por la calle pensando en cosas del trabajo cuando sin venir a cuento y sin saber porqué , tuve la siguiente conversación mental conmigo mismo.
-"Hola"
-"Hola"- me contesté.
-"¿Crees que si murieras ahora podrías decir que has sido feliz?
-"Creo que sí, pero no es mi momento. Me quedan muchas cosas por hacer. Me queda mucho que compartir con María."
-"Lo sé. No lo estás haciendo mal pero aprovecha más tu tiempo."
-"Gracias, así lo haré".
-"Disfruta la vida, cada momento. Sé feliz, no te olvides"
-"Gracias" me despedí.
La voz desapareció. Entiéndeme, no era una voz real, no resonó en mi cabeza. Fueron pensamientos casi independientes que surgieron de lo profundo y aparecieron en la superficie de mi pensamiento.
No sentí miedo. Pero me hizo reflexionar mucho sobre ti y sobre mi.
No tengo miedo a morir. Sé que esta es una vida de tránsito, una parada prolongada en el devenir continuo. En todo caso me da miedo la forma de morir, pero no el hecho en sí de cambiar a otra vida.
La verdad es que la conversación me dio la sensación de haberla vivido antes, pero en un sueño, del que no recordaba las palabras exactas sino del que me habían quedado sensaciones parecidas y en el que  vi, y lo vi en el sueño de verdad, de dónde salía la voz. Emanaba de una especie de esfera brillante y pulsante de luz que no me infundía miedo, todo lo contrario, me daba paz y tranquilidad.

Complejo el cerebro humano. Cuántas cosas por descubrir en él.

Nunca caminarás sola.
Te quiere, papá.

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