Querida hija: perdóname por haber tardado tanto en volver a escribirte. Entre las vacaciones y toda la serie de acontecimientos que han ocurrido últimamente no he tenido casi ni tiempo para mí mismo, aunque, eso sí, arañe todos los minutos posibles del día para pasarlos contigo.
Ha sido un verano bonito, con vacaciones en Galicia, y con un montón de nuevos amigos hechos por aquellas preciosas tierras.
¡Te has bañado en el mar por primera vez, en la ría de Vigo¡
Qué gran acontecimiento, con el miedo que tú le tenías al agua. En fin, una experiencia nueva.
Has comenzado tu etapa escolar, qué rapido pasa el tiempo, ya lo decía el tango "que tres años no es nada..." y aunque ha sido un cambio bastante brusco y al principio te ha costado algo, cada día vienes más contenta aunque muy, muy cansada.
Te iré contando cosas que te ocurren, y cosas que tú nos cuentas
"En mi cara redondita,
tengo ojos y nariz,
también tengo una boquita,
para hablar y reir"
Esto nos lo viniste contando el otro día.
Pronto cambiamos a unas casas más grande, donde tendrás la habitación mayor de toda la casa, para que puedas jugar a gusto.
Esta entrada es sólo la señal de que no debo de descuidar este blog, aunque otras cosas más íntimas te las dejo en mis cuadernos privados.
Tu nunca caminarás sola.
Te quiere, papá.
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