Querida María, quererte me hace mucho bien. Me reconcilias con casi todo, me das luz, esperanza y fuerzas para seguir creyendo en el ser humano, en el futuro, en la libertad, en el amor.
Quererte me hace tanto bien que, a veces, me duele.
Nunca caminarás sola.
Te quiere, papá.
Quererte me hace tanto bien que, a veces, me duele.
Nunca caminarás sola.
Te quiere, papá.
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