Querida María: llevamos unos días yendo juntos a la parada del autobús del colegio.
Algún día que hemos llegado tarde hemos tenido que tomar el autobús municipal, cosa que a ti te parece una gran aventura.
Todos estos días me preguntas lo mismo cuando bajamos por la calle:
-" Papito, ¿si lo perdemos , vamos en el municipal? ¿Has traído mi tarjeta?"
Para tí es emocionante salirse de la rutina, no ir en el autobús del cole y subirte al transporte público, lleno de niños que van también al cole y de gente que va a trabajar.
Qué sencillo es hacer emocionarse a un niño. Me recuerda mi infancia. Yo iba al cole andando, pues estaba muy cerca de casa. Veía a otros niños que se bajaban del autobús o del coche de sus papás y me parecía emocionante que a mí me pasara también eso, que me llevaran.
Tan aventurero me de debió de parecer, que un día, con 6 ó 7 años, recuerdo que al mediodía me monté en el autobús ( la pota pequeña y la pota grande, los llamábamos ) del colegio para ir a casa.
Recorrí toda la ciudad. Mis padres se llevaron un buen susto cuando me fueron a recoger a la puerta del colegio y yo no aparecía por ningún sitio.
Al fin me localizaron en el autobús. Me llevé una buena riña, pero yo había vivido mi pequeña aventura, había hecho lo que muchos compañeros de clase hacían todos los días y que a mí me parecía tan fascinante.
Por eso, porque recuerdo la emoción que sube desde el estómago cuando sientes que vives algo distinto y que te hace temblar y reír al mismo tiempo, el viernes iremos en autobús municipal, tendremos nuestra aventura.
Nunca caminarás sola.
Te quiere, papá.
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