Querida María. Estos días atrás he tenido que estar fuera de casa. Cada día hablábamos por teléfono y mamá me contaba que me querías esperar siempre, que pensabas que llegaría ese día y que aunque estuvieras dormida, le pedías a mamá que te despertara para verme.
El día antes de volver a casa nuestra conversación fue esta:
-"Te quiero, María"
-"Te quiero, papito. ¿Sabes una cosa?"
-"Dime hija"
-" Que tú para mí eres una persona especial y siempre vas a ser especial".
Lloramos los dos al teléfono.
Te quiere, papá.
Nunca caminarás sola.
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