Querida hija, hoy comiendo en casa de la abuela estaba tu bisabuela Antonia.
92 años de diferencia os separan, cuatro generaciones de tu familia materna juntas a la misma mesa.
Tras la comida, te has puesto a ver una película de dibujos animados y tu bisabuela se ha sentado contigo. Tú le ibas contando todo lo que iba a ocurrir más adelante y le comentabas lo bueno o lo malo que era cada personaje.
Ninguna de las dos quitaba ojo de la pantalla.
Es curioso, cuanto mayores nos hacemos, más nos parecemos a los niños que fuimos.
Toda una lección de viaje temporal en el salón de una casa cualquiera.
Te quiere, papá.
Nunca caminarás sola.
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