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martes, 31 de octubre de 2006

"Yo sola"


Te intentas hacer independiente, sentirte más mayor, crecer y hacer lo que ves que otros niños mayores hacen.
Primero, beber por el vaso. Nos veías a nosotros y ya rechazabas el biberón
-"Quiero vaso".
-" Yo te lo sostengo yo que te va a caer"
-"No, yo sola".
Frase últimamente de moda en cualquier sitio y circusntancia. Comiendo, bebiendo, subiéndote a la silla, yendo a la cama, subiendo al tobogán...
Qué velocidad llevas, mi niña, que ganas de hacerte mayor. Más tarde comprenderás que cuanto más crezcas más añorarás la infancia o la juventud.
¡Y qué grande es ser niño¡ (Al menos en esta parte del Mundo, no has de olvidar de que hay miles, millones de niños que no tienen la misma suerte que tú.)
Siempre he tenido la sensación de que debemos de conservar esa parte en nuestro corazón, no olvidar lo que sentíamos , recordar la forma en la que veíamos las cosas, amar a las personas que amábamos y nos amaban.
Te lo he dicho anteriormente en otra nota de este cuaderno, no pierdas la mirada de niña.

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Acabas de interrupir mi pobre redacción
"Agua, papá" me reclamaste medio dormida desde la cama.
Te he dado de beber y me has pagado el favor con una caricia en la mano y un "Te quero" sonnoliento. Yo te he respondido con un beso.

Hoy me voy a la cama siendo un millonario en cariños.
Apunto en el debe de mi cuaderno contable de tus amores 12 ó 14 tequeros, 18 besos, siete caricias y un "guapísimo, papá".

¿Puede alguien ser tan afortunado como yo lo soy ahora?

Te quiere , papá.

lunes, 30 de octubre de 2006

"Ya no soy un bebé"


-"Maria no es un bebé. Ya es grande".
Y para que quede constancia, te muestro una imagen reciente.
Y tanto, mi niña, qué rápido han pasado estos 27 meses desde que naciste. Parece que fue ayer aquella lluviosa mañana del 6 de Julio de 2004 en la que viniste a conocernos por primera vez, ni muy temprano ni muy tarde, sobre las 12 de la mañana, como sabiendo que las buenas maneras dictan que ho hay ni que precipitarse ni que demorarse, sino llegar en le momento más oportuno.
Poco ruido hiciste al nacer, apenas un leve llanto y allí estabas, encogida, añorando el calor del cuerpo de mamá, moviendo los brazos.
Resaltaba como ahora el color pelirrojo de tu pelo.
"El papá, que venga a ver a esta insensata"- dijo la comadrona.
Y allí me asomé, y lloré pues eras lo más bello que había visto en mi vida. Y le dí gracias al Ser Supremo por haber vivido ese momento y por que tú fueras tú.
Aún hoy me emociono al recordar aquellos momentos irrepetibles, cierro los ojos y se veo allí, tan menuda, tan indefensa, tan especial.

Es algo muy grande tener un hijo.
Si en algo envidio a tu madre, pero de una forma sana, es el haberte sentido dentro. Es una sensación que nunca experimentaré y por la cual daría gustoso lo poco que tengo por vivirla un momento. Ser padre es algo grande pero ser madre lo imagino como algo tremendo, apabullante, sublime... dentro de tí crece y se desarrolla La Vida, con mayúsculas, y en tu cuerpo se forma el último acto de la Gran Obra de la evolución del Universo.
En tí está la semilla del futuro..
Qué envidia, cariño, no haber sentido eso físicamente. Lo intento imaginar y estoy seguro de que me quedo corto.
Quién sabe, quizás si la reencarnación existe , en una próxima vida experimente la sensación.
Pero no será lo mismo. No serás tú.

Dulces sueños, María.

Te quiere, papá

Una tarde cualquiera

"Ya está aquí María".
Te levantas sola de la cama y apareces en el salón, con el chupete en la boca y el pelo todo revuelto, calléndote por la frente, frotándote los ojos en un intento de espantar los últimos hilos del sueño de la tarde.
Mamá y yo también nos hemos dejado llevar por el sopor y estamos medio dormidos, pero tu voz nos despierta definitivamente y te abrazamos y besamos.
Te sientas con nosotros y nos hablas, nos cuentas, fantaseas y cómo no, nos pides de nuevo un cuento.
Jugamos en el salón o en tu habitación. Nos haces comida, nos das clases y sobre todo recibimos de tí lecciones de inocencia y de amor , como sólo un niño sabe enseñar, con la limpieza de su mirada y la sinceridad de sus palabras.
Un poquito más tarde meriendas y mamá te prepara para ir a jugar al parque.
Te subes al columpio, "que es de todos" y hay que usar un poquito y dejar a los otros niños que se monten, bajamos innumerables veces por el tobogán y siempre, siempre, te llaman más la atención los juguetes de los otros niños que los tuyos propios.
Yo os voy a buscar en cuanto acabo mi trabajo, y así llega unos de los mejores momentos del día para mí, jugar contigo hasta que nos vamos a casa.
Allí te baño junto con los incontables muñecos de goma que te acompañan en la bañera: Paquito, Globito, Ojitos, Conejín, Nemo, El Perrito de las Pompas de Jabón ( "hace pompas, papito")...
Salimos del baño y te envuelvo en la toalla, como un paquete valioso y te pongo el pijama mientras cantamos alguna canción

"El perrito comilón
se escapó del corralón
se fue a la carnicería
cuando no estaba el patrón.
Se comión cuatro salchichas, longaniza y salchichón,
tanto, tanto, que en un rato
la barriga se le inchó.
Cogió tal indigestión
que pasó cuatro semanas
sin fuerzas ni sin ganas
de probar el salchichón.
Comilón, comilón, comilón
que te sirva de lección
perrito sinvergüenzón "
Mamá te da de cenar, aunque a veces te lo doy yo y te llevo a la cama.
"Hasta mañana, cariños".
"Te quero, papá y mamá. A los dos"....
Te quiere, papá.

La rutina de la mañana

Te voy a contar, María, como es un día cualquiera de entresemana en tu vida actual.
No te levantas temprano, sobre las 9 de la mañana, unas veces te despiertas tú sola y otras te tiene que despertar mamá
-"Arriba , dormilona".
Te levantas de buen humor casi siempre, con esa melenita pelirroja siempre revuelta, con el inseparable bebé bajo el brazo y hablando ya por los codos, con el chupete en la boca, que casi hay que adivinarte algunas palabras.
Yo no puedo estar la mayoría de los días cuando te levantas de esa cama tan preciosa que te trajo el Hada Madrina. Este argumento fue el único que te convención para dormir en ella y sacarte de tu querida cuna. Ahora, este personaje es una ayuda fiel para mamá y papá a la hora de convencerte de que hagas ciertas cosas. (gracias, Hada Madrina).
Mamá te lleva al baño y te sienta, pues ya haces pis tú solita, como una campeona.
Te tendrías que ver, cómo tú te das ánimos
-"María,María... Bién campeona"- te jaleas.
Te tomas tu "biberón con celelales" y mamá te lava y te viste.
Como el vestidor está justo al lado del espejo, te miras, presumida en él y para tí, bendita inocencia, cada día estás de estreno.
-"A que estoy guapísima ¿eh?, mamá"
Y te vas encantada a la guardería, donde juegas con tus amigos y aprendes cada día algo nuevo, con lo que no dejas de sorprendernos y de maravillarnos.
Ayer mismo, cuando jugabas con los muñecos en tu habitación , yo te escuchaba desde la cocina, y les enseñabas, a Pancho, a Lupita, al Oso Amoroso, a Aris, las mismas cosas que a tí te enseña tu profesora en la guarde, y les pones la pegatina de campeones, les cantas canciones y a veces, les mandas a "la silla de pensar".
En la guardería estás hasta las dos menos cuarto, que es cuando mamá sale de trabajar y te va a recoger. Algunas veces, a mí también me dá tiempo y te voy a buscar.
Y entonces es un no parar de hablar, de cantar ( el perrito comilón, la canción de Tito, Bruce Springsteen, la ola marina...).
Hasta ahora venías sentada en tu silla, pero últimamente quieres venir andando, cogida de la mano y como la guardería está cerca de casa, nos vienes contando las cosas que has hecho en clase.
Ya en casa te desnudamos, te ponemos el pañal "sólo para dormir, pues María es mayor" y el pijama, y "yo sola" vas para la cama a dormir la siesta.
Por supuesto , siempre tiene que haber un cuento antes de dormir. Esta temporada te fascina Blancanieves, pero antes te gustaba Pinocho, Peter Pan o los tres cerditos.
"Hasta luego cariño."
"Te quero, papito".
"Y yo a tí, mi amor. Dulces sueños"
"¿Te quedas un poquito conmigo, por favor?"
"Claro que sí, cariño.Duerme.".

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Te quiere, papá.

domingo, 29 de octubre de 2006

"Papito , ¿me cuentas un cuento, por favor?

Todas las noches, cuando te acuesto en tu cama, me haces la misma petición, me cuentas un cuento, papito?
-"Qué cuento quieres, cariño?"
-"El de bancaneves"- me dices tú, un poco con lengua de trapo, comiéndote algunas letras todavía.
Me siento a los pies de la cama y mientreas juegas con ese osito de peluche que tienes desde los dos meses y que llamas "mi bebé" yo te voy comtando una versión libre del cuento de Blancanieves.
"Érase una vez , una bruja mala , pero muy guapa que tenía un espejo mágico...."

Ya te lo sabes de memoria, y tú misma cuentas a veces trozos de la historia tantas veces repetida, pero tan atentamente siempre escuchada.
Y al terminar "Colorín, colorado , este cuento se ha acabado", en la semioscuridad de la habitación, alargas tu mano hacia mí y me dices
-"Te quero, papá. Quédate un poquito conmigo, ¿vale? ".
-"Claro cariño. Duérmete tranquila".
Y te doy un beso en la frente, y te acaricio el pelo , que te gusta tanto. A veces, si no tienes muchas ganas de dormir, me coges la mano y te la pasas por tu cabeza, y me la retienes y le das besos para que no me vaya.

Otras, como hoy que estabas muy cansada, te abrazas al bebé, y te quedas dormida casi al momento.
Yo sigo contigo sentado unos minutos, y luego te arropo bien, pues casi siempre te quedas dormida destapada.
Y al igual que en otros muchos momentos que paso contigo, le doy gracias al Ser Supremo, se llame como se llame, por haberme hecho este regalo.

Buenas noches, María. Que sueñes con el castillo del Hada Madrina.

Te quiere, papá.

Hola


Querida María. Esta es una humilde contribución , un pequeño proyecto, una especie de "manual de uso y disfrute de la vida" , mi pequeña aportación a tu vida, a tu educación y en definitiva a tu felicidad.
Hace poco has cumplido dos años, el pasado 6 de Julio, y me ha apetecido dejar en algún sitio del mundo electrónico este diario para contarte cosas, darte consejos y aportarte datos que el día de mañana te pueden interesar.
Eres la alegría de mi vida, mi fuerza y mi más preciado tesoro. A través de tus ojos recuerdo muchas cosas de cuando era niño.
Quisiera que fueras tan féliz en la infancia como lo fui yo y me esfuerzo continuamente para que lo seas.
Te veo crecer a pasos agigantados, tan de prisa que me invade una especie de vértigo, como cuando bajas de repente por una montaña rusa o como cuando te despiertas el día de Reyes y encuentras los regalos en el salón.
Ahora estoy viendo el video de el pasado curso de la guardería. Las imágnes no tienen más de 8 meses y ya noto en tí un cambio enorme.
Verte crecer sana y féliz es mi mayor alegría.
Te iré contando cosas a lo largo de este blog, con el único fin de que un día lo leas y lo disfrutes.

Para mi amada María, mi más preciado bien.

Te quiere, Papá